LA OBSERVACIÓN

Emmi Pikler fue una pediatra que desarrolló su actividad profesional en Budapest en el siglo XX. Fue allí donde creó la casa Cuna Loczy un lugar donde niños desamparados podían tener una segunda oportunidad y ser atendidos por cuidadoras profesionales y dedicadas a su profesión. 

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La base de este instituto consiste en que el niño, que está en todo momento sostenido y atendido por adultos, acaba sintiendo un vínculo emocional con ellos. Allí, el niño, desarrolla su actividad de conocimiento del entorno y de sus propias limitaciones, acaba descubriéndose a sí mismo y reconociéndose como una persona competente y merecedor de atención, pudiendo con todo esto alcanzar confianza en sí mismo.

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En la misma línea de su trabajo con las familias, ella busca el medio de ofrecer a los pequeños que ahí se crían una experiencia de vida que preserve su desarrollo y evite las carencias dramáticas que puede crear la ausencia de un lazo significativo con los padres. En la casa-cuna de Lóczy va a nacer así un modo de encargarse de los niños pequeños original e innovador.