REFLEXIÓN

Vivir en un mundo sin sentir lo que nos rodea es triste, nos perdemos muchos pequeños detalles que pueden hacer grandes cambios en nuestras vidas. También la manera de ver el entorno que nos rodea, la forma en la que lo percibimos y analizamos esas sensaciones que nos provocan dichas percepciones, esas informaciones, la manera de actuar según lo que pensamos pueden ser muy complejo e incluso perjudicial en algunos casos. 

El libro “Pedagogía de los sentidos” explica claramente cuáles son las ventajas de poder percibir y sentir de manera adecuada y equilibrada y cuáles son las consecuencias y problemas que pueden surgir si hay un desequilibrio. 

Los sentidos son fundamentales para nuestra supervivencia, son los que nos permiten percibir, pero también los que nos ayudan a sentir verdaderamente, de manera profunda y completa. Es un problema grande hoy en día. Las personas viven, pero no sienten. Y es algo que hay que enseñar a los más pequeños desde el primer instante. 

Por otra parte, me pareció curiosos como los sentidos, si no están “equilibrados” no solo afecta a nivel fisiológico, también al nivel psicológico y emocional. Hay una relación muy estrecha entre nuestros cinco sentidos y nuestro estado de ánimo, nuestras emociones, nuestros actos, pensamientos y formas de actuar. 

Es fundamental trabajar la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto, pero también la forma en la que percibimos y el sentido del humor. Hay experiencias en nuestras vidas que pueden ser muy duras y en el caso de que no se aborden y trabajen adecuadamente, podemos salir muy perjudicados. Por ello, es esencial aceptar lo que nos ocurre, vivirlo de la manera más adecuada posible y abordarlo correctamente. 

Si queremos vivir felices, es importante aceptar la vida tal y como es, ser conscientes de nuestras sensaciones y emociones, como lo explica el libro y de esta manera podremos vivir y sentir plenamente.